Inauguración del Camp de Mestalla

El crecimiento del Valencia FC en su corta historia, tanto en el terreno deportivo como en el económico y social, dio paso a un desarrollo orgánico y funcional que situó al Valencia como el equipo más importante de la región. Y aunque las instalaciones del campo de Algirós se habían ido perfeccionando año tras año, antes de acabar esta gran temporada, la junta directiva del Valencia decidió que el campo del Algirós se había quedado pequeño y se necesitaba un campo nuevo y de mayores dimensiones urgentemente.

Ramón Leonarte y su junta directiva adquirieron un solar de uso agrícola cerca de Algirós, por donde discurría la acequia de Mestalla. Los terrenos, pertenecientes al Barón de Bellver ocupaban una superficie de 10.000 metros cuadrados. La escritura de compraventa se firmó el día 16 de enero de 1923, y dado que el Valencia no disponía de suficientes recursos como para quedarse las tierras en propiedad, tuvo que firmar un contrato de arrendamiento con opción de compra. El valor de la transacción quedó fijado en 316.439,20 pesetas, si bien el gasto final ascendió a 588.304,20 pesetas, una vez construidas las gradas y acondicionado el suelo para la práctica del fútbol. El Valencia FC tardaría 10 años en abonar la cantidad pactada.

La realización del proyecto se encargó a Francisco Almenar Quinzá, arquitecto y socio del club y las obras de construcción se llevó a cabo por Ramón Ferrer Aguilar, también socio del club. El diseño de Mestalla preveía inicialmente una capacidad para 17.000 espectadores, con unos palcos de pista alrededor del terreno de juego situados a la misma altura del campo, con cinco filas de sillas, todas ellas de madera, en el sector de Preferencia, y diez en el sector de General. El servicio de vestuarios y el botiquín se ubicaron en el noroeste del ángulo de unión de la Preferencia y el llamado Gol pequeño. Cuando finalizaron las obras de edificación, los graderíos de Mestalla estaban preparados para albergar a 14.000 espectadores.

La inauguración de Mestalla
Mestalla fue erigido en solo tres meses y medio. En un primer momento, la inauguración del nuevo campo del Valencia FC iba a celebrarse el 6 de mayo, y el equipo invitado para la ocasión era el RCD Español. Sin embargo, la visita del Rey Alfonso XIII a la ciudad, prevista para esa misma fecha, obligó a modificar el programa originalmente establecido. En consecuencia, la puesta de largo de Mestalla tuvo lugar, finalmente, el 20 de mayo de 1923, con el Levante FC como rival.

En el partido posterior a la ceremonia inaugural, el Valencia venció al conjunto levantinista por 1-0, gol obra de Montes. Arbitró el partido Octavio Augusto Milego. Los precios de las localidades oscilaban entre una peseta que costaba la general hasta las seis pesetas que se pagaban por las localidades numeradas de tribuna. La recaudación se destinó íntegramente a beneficio de la Asociación Valenciana de la Caridad.

La contrucción de la tribuna cubierta
En la temporada 1926-1927 Mestalla, sólo tres años después de su inauguración, Mestalla sufriría su primera gran remodelación. El primer cambio importante fue cambiar la tierra de Mestalla por césped sembrado, con el fin de mejorar la práctica del fútbol. La siembra se hizo en el verano, por lo cual no se pudo jugar sobre césped hasta el día 2 de octubre, en partido internacional amistoso contra el equipos austríaco del Wiener SC.

Pero la verdadera transformación de Mestalla, que cambió su aspecto y al mismo tiempo dotó de confortabilidad a sus espectadores, fue la construcción de una tribuna cubierta. Se encargó del proyecto el arquitecto Francisco Almenar Quinzá, el mismo que diseño y dirigió las obras de edificación de Mestalla. El señor Almenar ostengaba la vicepresidencia segunda del club, y en 1935 alcanzaría la presidencia. La ejecución de las obras fue encargada a la empresa de Ramón Ferrer, socio de la entidad valencianista y directivo en numerosas ocasiones, además de dirigente destacado de la Federación Regional Valenciana de Fútbol.

Las obras se iniciaron a principios de la temporada y se prolongaron durante varios meses, en los cuales se trabajó día y noche sin descanso. La flamante y coqueta tribuna de Mestalla, así como la nueva fachada y accesos, fue inaugurada oficialmente el 23 de enero de 1927, aprovechando el partido del Campeonato Regional que enfrentó al Valencia contra el Castellón. Abanderaron los festejos el presidente del club valenciano, Facundo Pascual Quilis, el representante de la Federación Española de Fútbol, Luis Colina Álvarez, y el presidente de la Federación Regional Valenciana, José Posada Solis. El reverendo José Enguix, socio del club, bendijo la construcción.

Durante la temporada, entraron en funcionamiento los palcos de pista y las cinco filas de butacas contiguas, así como los palcos principales, los pasillos de acceso y lsa nueve gradas de preferencia. Con su espectacular transformación, Mestalla alcanzó una capacidad para 17.000 espectadores. El coste inicial de las obras fue de 211.981,70 pesetas. Asimismo, cabe significar que los precios de las localidades aumentaron su cuantía: la entrada de general se estableció en 3 pesetas, preferencia costaba entre 5 y 8 pesetas, y los asientos oscilaban entre las 12 y las 18 pesetas. Huelga decir que los precios eran realmente caros para aquella época. Como broche final a este día festivo, y ya en el plano deportivo, el Valencia derrotó al Castellón por 2-0, con goles de Ródenas y Montes.