Todavía seguía presente entre los socios y aficionados del Valencia la pésima temporada 1974-1975 realizada por el equipo, que además había venido acompañada de una fractura en la Junta Directiva presidida por Francisco Ros Casares. En la última Junta General Ordinaria, fueron tantas las críticas hacia el máximo mandatario valencianista, que se vio obligado a abandonar la presidencia alegando motivos personales y profesionales, que le impedían atender regularmente las actividades asociadas a su cargo. De este modo, y pese a la excelente gestión económica realizada por Ros Casares, la mala situación deportiva del club provocó un divorcio irreconciliable entre la directiva y la afición, y el presidente acabó anunciando su marcha el 22 de septiembre de 1975.

Desde esa fecha, el vicepresidente primero, Alfredo Corral Cervera, uno de los más importantes promotores inmobiliarios de la ciudad de Valencia, se hizo cargo de la dirección del club asumiendo la presidencia en funciones hasta diciembre del mismo año. El club, sin embargo, no anunció elecciones y buscó la solución definitiva a través de una candidatura unitaria formada por personalidades valencianistas de distintas posibilidades, que trataran de sacar al club de la grave crisis deportiva por la que atravesaba. El elegido fue José Ramos Costa, hijo de Juan Ramos Chiva, que había sido directivo del club durante la etapa de Luis Casanova. Finalmente, y tras presentar el nuevo órgano de decisiones ante la Federación Española de Fútbol, Ramos Costa tomó posesión del cargo el 7 de enero de 1976, fecha en la que el mandato de Alfredo Corral Cervera llegó a su fin.