Ficha de partido: 18.01.2003: FC Barcelona 2 - 4 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
2 - 4
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Pablo AimarAsist: Rubén Baraja
13'
John CarewAsist: Pablo Aimar
26'
RiquelmeRochemback
38'
Motta
39'
Santi Cañizares
41'
Andrés PalopRubén Baraja
43'
Descanso
45'
MendietaGabri
46'
Motta
53'
Gonzalo De los SantosPablo Aimar
58'
SaviolaMotta
68'
Amedeo CarboniVicente Rodríguez
77'
Javier Garrido
82'
Fabio AurelioAsist: John Carew
84'
Francisco RufeteAsist: David Albelda
88'
Kluivert
89'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

El espíritu del Campeón volvió a brillar con más fuerza que nunca en el Camp Nou. El Valencia dio una auténtica lección al Barcelona en su propio feudo, y le goleó con solvencia pese a jugar 50 minutos con diez. En un inicio de partido arrollador, nuestro equipo puso tierra de por medio en el marcador gracias a los dos zarpazos de Aimar y de un pletórico John Carew. Los de Van Gaal estaban contra las cuerdas, pero tras recortar diferencias por medio de Motta, los árbitros nos volvieron a lastrar con una rigurosa expulsión de Cañizares (minuto 40). Con diez hombres llegó el Valencia al descanso y con diez jugadores afrontó la segunda parte. Pero sobre el césped catalán no hubo sólo diez jugadores con la camiseta blanca. Eran diez gigantes con el escudo del murciélago grabado a fuego en el corazón. Con ese espíritu de campeón, con sufrimiento y al final con una deslumbrante calidad, nuestro equipo fue capaz de aguantar el 1-2 y sentenciar en el último suspiro. Los golazos de Fabio Aurelio y Rufete apuntillaron al Barça e hicieron inútil el 2-4 de Kluivert.

El partido empezó con un dominio total de nuestro equipo. Con Baraja y Albelda inmensos en la presión y en la recuperación de balones, Aimar y Vicente ganando todos los duelos y Carew imponiendo su físico ante Gabri y De Boer, el Valencia manejó como un pelele a los azulgrana. Las constantes llegadas al área de Bonano ponían los pelos de punta al Camp Nou, que asistía en silencio a la exhibición valencianista. Baraja avisó cabeceando fuera un centro de Fabio en el minuto 11, pero fue en el 12 cuando llegó el 0-1. Baraja presionó a Gabri y le robó un balón cerca del área. Lo condujo y asistió de tacón a Aimar, que disparó a puerta sin que ni Bonano ni sus defensas pudieran impedir el gol. Lo mejor era que, ante el estupor de los aficionados culés, el Valencia siguió dominando el partido, y buscando el 0-2. Un premio que encontró en el minuto 26, cuando John Carew, que cuajó uno de sus mejores partidos como valencianista, remató de cabeza un saque de esquina que botó Aimar. Los locales, viendo que todo estaba perdido, se lanzaron a un ataque desesperado, y demostraron su calidad, añadiendo mérito a lo realizado por nuestros futbolistas. Motta, tras una buena asistencia de Xavi, recortó diferencias con un disparo raso y ajustado al palo (min. 38).

Y entonces apareció el factor arbitral. Rodríguez Santiago, que hasta el momento no había tenido ningún protagonismo, tomó tres decisiones arriesgadas, casi consecutivamente, y en las tres falló contra el Valencia. Primero habilitó la arrancada en posición dudosa de Kluivert y luego sancionó con tarjeta roja la acción de Cañizares, que chocó con Kluivert en la frontal. Con la expulsión del capitán, a quien el colegiado amargó su regreso a la titularidad, nuestro equipo afrontaba 50 minutos que pintaban mal. Antes del descanso, aún hubo tiempo acumular más lastre arbitral. Aimar controló un balón ante Bonano, pero Rodríguez Santiago cercenó la ocasión señalando un inexistente fuera de juego del Cai.

El equipo volvió al campo tras la reanudación con las pilas bien cargadas de coraje. Era una segunda mitad sólo apta para valientes. Palop, Garrido, Fabio, Ayala, Pellegrino, Albelda, Rufete, Aimar, Vicente y Carew fueron los diez elegidos para la grloria. Luego, Carboni y De los Santos se unieron a la fiesta. (Baraja había cedido su puesto a Palop tras la expulsión de Cañizares). Los primers treinta minutos fueron un constante despliegue defensivo valencianista. Ayala y Pellegrino se multiplicaron para proteger a Palop, que de nuevo estuvo a la altura y despejó con contundencia los múltiples balones que sobrevolaron su área. Los más de quinientos seguidores que viajaron a Barcelona para animar a nuestro Valencia contenían la respiración, y reforzaban desde la grada el ánimo de los diez héroes que rechazaban sin descanso las acometidas culés. Van Gaal introdujo a Riquelme, Mendieta y Saviola. Pero ni todo el talento del mundo pudo con la fuerza del Campeón.

Y así se llegó a los últimos quince minutos. Un periodo que quedará grabado en la memoria de todos los valencianistas. Corría el minuto 83 cuando Carew se marcó una carrera de treinta metros, apretó a Puyol, le doblegó en ímpetu, le quitó el balón y se lo sirvió a Fabio. El brasileño, que había mostrado su fe en el noruego acompañando la jugada, llenó de magia brasileña el Camp Nou. Pisó el balón en el área, vio pasar sin freno a un defensa del Barça, y luego tuvo la sangre fría de un goleador. Un zurdazo y... se acabó el partido. Era el 1-3. Bueno, aún faltaba la traca final. Tras otra presión espléndida de Albelda (el de la Pobla Llarga se merece un monumento por su partidazo), Rufete recibió un caramelo en el pico del área que convirtió en un dardo envenenado para Bonano. Disparo cruzado y el 1-4 en el minuto 87. El gol de Kluivert en el 89 fue sólo una anécdota. Para entonces el Camp Nou había estallado en una pañolada impresionante, y aplaudía las jugadas del Valencia. El árbitro pitó el final y los culés se marcharon encendidos. Entonces se pudo palpar, cerca del cielo, en las gradas más altas del campo, la felicidad de los quinientos valencianistas que seguían cantando ¡que bote Mestalla! para celebrar la gesta de un Valencia grandioso.