Ficha de partido: 19.03.1961: Real Betis 0 - 0 Valencia CF

Estadio



Nombre: Benito Villamarín
Aforo: 56.500 espectadores
Ubicación: Sevilla (Sevilla) 
Inauguración: 1929

Rival: Real Betis

Records vs Real Betis

Máximo goleador: Arturo Montes (10 goles)
Goleador rival: Unamuno (6 goles)
Mayor victoria: 6 - 0 (05.04.1931)
Mayor derrota: 0 - 4 (05.05.1985)
Más repetido: 2-1 (17 veces)

Crónica

Partido de escasa calidad. El Valencia con un sistema a la contra, manteniendo positivos marcajes a determinados hombres, como por ejemplo, a Yanko, consiguió frenar a un Betis incisivo, contumaz, fuerte y correoso cuyo defecto fundamental fue de escasa puntería, ya que si bien en el primer tiempo prodigó el tiro a puerta, siempre lo hizo falto de precisión al tratar de efectuarlo de lejos y sobre la marcha sin tener en cuenta la extensa malla que los valencianos habían extendido sobre su área en la que se estrellaban las arremetidas locales.

La lentitud de Yanko junto al férreo marcaje a que fue sometido por Quincoces y Sendra alternativamente, rompió el ataque bético por su centro y ésto, unido a la cerrada defensa levantina, dió al traste con el dominio blanquiverde. El dominio correspendió casi por entero al Betis, aunque la iniciativa fue valenciana, puesto que el Betis jugó al son que quiso el equipo visitante.

Los muchachos de Balmanya con su planteamiento aparte de cerrar perfectamente sus huecos, hacia el marco que defendían inutilizaban los esfuerzos de Daucik; obligándoles a bombardear balones para poder inquietar a Pesudo, y en este menester, los del Turia también ganaban la acción porque por alto se imponían debido a la gran talla de que disfrutaban en gran mayoría.

Unicamente mantuvo en punta el Valencia a Héctor Núñez y Aveiro, mientras que Ficha jugaba de enlace, pero muy retrasado, y los dos interiores ocuparon los puestos de los volantes y éstos se incrustaron en la zaga. Es decir, que los forasteros implantaron el clásico cerrojo que no pudieron descorrer los de casa por las razones expuestas.

El Betis bregó mucho, puso en el empeño la mayor decisión y entusiasmo, pero no fue suficiente para salvar las dificultades que le opusieron los contrarios. Sistema que suelen usar los valencianos cada vez que comparecen en alguna de las instalaciones sevillanas. Según hemos leído estos dias en la prensa levantina, Balmanya casi sólo temía de este partido la dureza de que dicen usa actualmente el Betis, y la verdad es que lo que pretendía Balmanya era ponerse el parche antes que saliera el grano, porque lo cierto fue que todos los atisbos de dureza y marrullerías que esta tarde presenciamos partieron del conjunto levantino y como consecuencia tuvieron que emplearse a fondo ambos masajistas.

En una violenta entrada de Walter a Otero, a los veintinueve minutos de empezar el encuentro, el guardameta local quedó lastimado en el tobillo derecho y aunque siguió bajo el marco tuvo que abandonar en el descanso. Le suplió Pepín, que se mostró tan decidido y efectivo como antes había estado Otero, en las ocasiones en que el cancerbero titular intervino. Porque lo cierto es que fueron escasas, pero muy arriesgadas, por la aviesas intenciones de los atacantes del Valencia.

Arremetidas valencianas que surgían esporádicamente aprovechando los largos despejes propios que solían coger muy adelantada a la zaga betica. De todos modos el trío defensivo verdiblanco se reponía pronto y obraba con firmeza para evitar sorpresas. En muchos momentos se mascaron los goles del Betis, pero en última instancia se resolvian aquellas jugadas peligrosas, unas veces por la fuerte intervención de la zaga visitante y otras por la seguridad de Pesudo o porque los disparos lanzados desde lejos se enredaban en el valladar humano contrario.

Resumiendo, partido de poder a poder, de escasa vistosidad y emocionante por el afán de los jugadores del once local de ver llegar el ansiado gol que se prosentía, pero que nunca llegó. Mejor dicho, un gol a los tres minutos de empezar, obra de Gargallo que anulo el señor Zariquiegui por enjuiciar que Pallarés se encontraba fuera de juego.