Ficha de partido: 05.03.1961: FC Barcelona 1 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
1 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
Tejada
46'
José Raúl AveiroAsist: Héctor Núñez
86'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Como era gol cantado que sucediese, pues los milagros no acostumbran suceder en el fútbol, el Barcelona fracasó de nuevo, esta vez frente a un Valencia que, a su vez, se mostró también como una pálida sobra de lo que fue en otro tiempo dentro del fútbol español. Después de sus sucesivas mediocres actuaciones, a,lo largo de las cuales el Barcelona ha evidenciado una tremenda vulnerabilidad como conjunto y que el factor campo, que suele ser tan decisivo, no significa nada en el caso del estadio azulgrana cuando de él se ha llevado un punto hasta el colista Elche, no debe extrañar que el Valencia haya logrado empatarle. Como tampoco debe extrañar que la moral del equipo del Barcelona haya bajado hasta rozar el nivel cero porque no se puede con impunidad martillear demoledoramente contra todo lo que constituye la representación social, técnica y deportiva de un club sin que todo él se resquebraje, sin que los males o errores se agranden y sin que las consecuencias de una labor destructiva por parte de sectores del propio club y de algunos órganos de expresión sean tan graves que las tengan que lamentar ahora todos, tal vez comenzando por los propios insensatos.

En este momento le sucede al Barcelona lo peor aue pudiera ocurrirle y es que ha perdido de tal modo la confianza en si mismo que actúa obsesionado por el fantasma del fracaso y a esa preocupación sacrifica todas sus posibilidades tratando de huir de una amenaza que a veces es posible que no existe más que en SU temor y acaba por golpearle por la espalda como una pescadilla que se muerde la cola. Esta situación quedó palpable en el partido que comento, frente al Valencia, Seguramente consciente de sus propias limitaciones y por ello temeroso a su vez de las consecuencias de su choque con el Barcelona (es comprensible que sus contrincantes sigan temiéndole), el Valencia demostró no pensar en otra cosa antes que en defender su puerta bloqueando los accesos y obstruyendo los ángulos de tiro.

Pues bien; frente a un adversario que de tan clara manera le cedía el campo, que renunciaba a inquietarle, que se recluía en su área, el Barcelona atendió antes que nada a sus propias precaucipnes defensivas. Vergés. atrás. Suárez, atrás. Villaverde, atrás. De manera que, si no en su ánimo, en la práctica el juego del Barcelona equivalió en muchas ocasiones a un partido a la contra.

No otra cosa traía planeado y ejecutó consecuentemente el Valencia. Sendra, atrás, Walter, atrás. Egea, atrás. Hasta Núñez estuvo atrás muchas ocasiones. Este amontonamiento de elementos defensivos, al mismo tiempo que tanto en el Valencia como en el Barcelona ponía al descubierto el ánimo defensivo con que hacían frente al compromiso del partido, dejó desguarnecido el centro del campo del que se apoderaba alternativamente uno u otro de los bandos, dando
lugar entonces a una tanda de dominio. Las precauciones defensivas del Valencia al principio del partido dejaron la iniciativa totalmente en manos del Barcelona, que en los seis minutos primeros lanzó cuatro córners y varios disparos que Pesudo detuvo fácilmente, carecieron de puntería. A los diez minutos Martínez habla sufrido ya el primer revolcón.

Pasados estos primeros ataques del Barcelona, el Valencia comenzó a replicar equilibrando el juego en el que siguió teniendo ventaja el Barcelona, cuyos delanteros sin embargo continuaron tallando sus tiros. Al mostrarse más combativo el Valencia, el juego perdió velocidad, se estancó en el centro del campo, los avances carecían de resolución, abundaron los fallos y por un momento pareció que la tormenta iba a estallar en las gradas, pero todo auedó reducido a unos pocos silbidos.

En los últimos quince minutos de la primera parte solo se pudo registrar fallos. Malogró primero el Valencia una buena oportunidad para marcar cuando, después de un ataque muy profundo, Núñez disparó a las gradas. Le imitó después el Barcelona en una jugada de Evaristo con enorme barullo defensivo y tiro de Villaverde que paró Pesudo. Falló Aveiro, desaprovechando un fallo anterior de Vergés. Falló un intento de avancé de Garay que, como Foncho, aprovechó la frecuente posición retrasada de los contrincantes. Poco después Segarra disparó a las nubes. La primera parte terminó con empate a cero, debido tanto a la buena labor en general de ambas líneas defensivas como a los desaciertos, superiores a toda explicación razonable, de los delanteros y, en especial, los del Barcelona que, a pesar de ser el equipo que más atacó y dominó más, demostró una absoluta ineficacia en el remate. Además de ello, la prevención con que actuó le restó hombres en vanguardia, reducida muchas veces a dos jugadores punta, Martínez, demasiado lento por exceso de peso, y Evaristo, nada afortunado en el regate, y ambos individualistas hasta la exageración. Sumado esto a la ausencia práctica de extremos, el Barcelona no tuvo fuerza para penetrar la defensa valenciana.

En el primer minuto de la segunda parte se produjo el gol del Barcelona que parecía destinado a resolver el partido porque, dadas las dificultades con que tropezaba el propio Barcelona para marcar y la manifiesta incapacidad que acreditaba el Valencia, no era exagerado suponer que ese gol decidiría por sí solo el resultado. Y, en efecto, estuvo a punto de suceder así. Pero un gol en el último minuto y, antes, el error del arbitro en una jugada decisiva transformaron una victoria por los pelos en empate a uno.

Al reanudarse el juego tras el descanso, avanzó en seguida el Barcelona y Suárez recibió un pase en profundidad, desbordando a la defensa valenciana. Sócrates, al escapársele Suárez, lo derribó cerca del área de penal. El saque de la falta lo lanzó, directo el mismo Suárez. Pesudo se lanzó y repelió la pelota. Pero Tejada, con mucha oportunidad, remató. La pelota dio en el cuerpo del portero pero llegó hasta la red. Reanimado por este gol y empujado por Suárez, el Barcelona dominó, aunque Evaristo fue silbado por sus desaciertos. Poco después el Valencia logró nivelar la contienda y Gensana destacó por su labor defensiva. Hubo un buen disparo de Núñez, tras jugada personal, y Ramallets detuvo bien la pelota. Durante un rato se forcejeó a fondo, pero el juego siguió siendo impreciso y con fallos de ambos equipos.

Estamos en el minuto veintidós del segundo tiempo. La pelota vapor alto hacia Villaverde. Piquer se interpone y da con la mano a la pelota, avanzando con ella a continuación antes de enviarla a sus delanteros. La jugada ha sido clarísima y ha sucedido dentro del área de penal. Pero Piquer estaba de espaldas al arbitro y éste no castiga el penal. Hasta parece indicar con gestos que el jugador valenciano ha parado la pelota con el pecho. Tres minutos más tarde, Foncho salva un gol que parecía hecho. Núñez y Walter, los dos extremos, combinan bien por el centro, hay un barullo indescriptible en el área azulgrana, Aveiro bombea por encima de la salida de Ramallets, pero Foncho consigue desviar la pelota. El partido entra con esto en una fase de iniciativa del Valencia, que coincide con la semibaja de Martínez que acusa las molestias de un esguince en el muslo derecho.

El Valencia se sacude algo su lentitud y se muestra ahora muy voluntarioso. El Barcelona contesta replegándose, con Suárez metido entre los defensas. El público da otra vez tímidas muestras de impaciencia. El Valencia va aplomándose. Gensana recibe un golpe y es atendido. Suárez dirige decididamente la defensiva en un esfuerzo por salvar el resultado. El repliegue barcelonista permite al Valencia utilizar algunos hombros que ha empleado en la defensa. Hasta Piquer colabora en los ataques.

Todavía hubo un coletazo peligroso del Barcelona, que descolocó la defensa valenciana, pero los delanteros azulgrana no aprovecharon esta última oportunidad. En cambio, el Valencia lanzó una contra fulminante con jugada de Aveiro y disparo de Núñez que Ramallets desvió a córner por su izquierda. Piquer envió el saque tan ceñido que provocó un barullo junto a la puerta y Aveiro la batió sin poder evitarlo el esfuerzo desesperado de Ramallets. Faltando minuto y medio para el final quedó establecido así el empato a uno. En el escasísimo tiempo, más un minuto por descuentos, que quedaba, al Barcelona le fue imposible reparar lo irreparable e incluso vio en peligro el empate en una cesión poco sincronizada de Garay a Ramallets en los últimos segundos.

Es posible que el penal que se le escapó al arbitro López Zabalia (que, sin embargo, siguió el juego de cerca) hubiese resuelto el partido en favor del Barcelona. Pero su victoria en ese caso poco podría variar la censura que merece su pobre actuación ante este Valencia lento, Eiunqtue combativo y cuidadoso de la jugada, que aprovechó la situación que el Barcelona le brindaba para empatar en el estadio azulgrana. Y es que, quiéranlo o no quienes de los tropiezos del equipo hacen bandera para su política, el Barcelona se ha quedado sin equipo...